jueves, 9 de enero de 2020


FUMAR OREGANO: ¿UNA DROGA QUE POTENCIA LA INTELIGENCIA?
  La cita que nos reúne hoy aquí es algo inusual (al igual que todo el contenido de este blog) En este caso vamos a tratar dos de mis temas favoritos: Las drogas y la comida. Todos sabemos el efecto que causa el consumo de la Cannabis, pero ¿Es la única hierba que puede ser consumida en forma de cigarrillos? Hoy vas a aprender algo nuevo. 
Pues empezando con el tema, no. No es la única hierva que puede consumirse a través de las vías respiratorias, en realidad cualquier hierba puede ser inalada (mientras no sea toxica). Hierbas tales como, la manzanilla, el tomillo, el eucalipto, té verde, salvia, verbena, menta… son solo un ejemplo.
  El día de hoy te voy a hablar de una hierba muy especial… El orégano. ¿Te ubicas? Muy aparte del sabor que esta aporta a las preparaciones, ese sabor que hace que la cocina italiana sea lo que es, ese sabor que está presente en la pizza por la que tantos mueres, y en la mayoría de las salsas para pastas pre cocidas. Pero no te voy a hablar de su sabor, sino uno de los muchos usos de esta hierba tan noble… Bueno, al igual que las hierbas que te mencione anteriormente el orégano puede ser consumido a través de un cigarrillo o en otras palabras, un cigarro de orégano (Que irónico). Pero esto no es lo impresionante del tema, sino que el orégano posee propiedades “Nootrópicas” 
  Una droga Nootrópicas es según Wikipedia: “Los Nootrópicas, también conocidos como drogas inteligentes, estimulantes de la memoria y potenciadores cognitivos, son fármacos, medicamentos, drogas, suplementos, nutracéuticos o alimentos funcionales que elevan ciertas funciones mentales humanas (las funciones y las capacidades del cerebro) tales como la cognición, memoria, inteligencia, creatividad, motivación, atención y concentración.”
  Cuando el orégano es inhalado a través de un cigarrillo esta causa efectos Nootrópicas en el cerebro. O sea, más técnicamente altera los neurotransmisores, enzimas y hormonas en el cerebro, mejora el metabolismo cerebral y estimula el crecimiento neuronal. En pocas palabras, mejora la concentración, memoria, inteligencia y activa la creatividad. La próxima vez que desees un boost de inteligencia, busca unas ramas de orégano, enrola y como dicen por ahí… Arma, prende y sorprende. Quien sabe y quizá seas el próximo Einstein que le gusta mucho fumar.    


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viernes, 3 de enero de 2020


KIERKEGAARD Y LA CURA PARA LA ENFERMEDAD MODERNA: CREAR SILENCIO
POR: ALEJANDRO MARTÍNEZ GALLARDO - 03/21/2019
SOBRE CREAR SILENCIO PARA ESTABLECER UNA RELACIÓN CON LO INFINITO
Sören Kierkegaard fue uno de los grandes filósofos del siglo XIX, considerado por muchos el primer existencialista[1]. Kierkegaard, pese a su temprana muerte, fue sumamente prolífico y penetrante en un gran número de temas, desde la psicología hasta la libertad, la ética, la fe y la teología (y merece notarse que escribió en un rico diálogo entre diferentes seudónimos, siendo no sólo un gran filósofo sino un gran escritor). El filósofo danés escribió que la "ciencia y la academia enseñan el camino de la objetividad", pero la religión enseña el sendero de la subjetividad, de ser un sujeto que tiene una relación personal con lo infinito y sólo este camino de introspección, paciencia y recogimiento alcanza a revelar el mundo del espíritu. La importancia del silencio en Kierkegaard no puede sobrestimarse, desde haber escrito uno de sus textos más importantes bajo el seudónimo Johannes de Silentio, hasta una constante alusión y retorno al silencio y a la esperanza, en la obediencia (palabra que significa "escuchar" ob-audire). Una de las frases que más se citan de Kierkegaard es la siguiente:
El estado actual del mundo y de la vida en general es uno de enfermedad. Si yo fuera un doctor y me pidieran mi opinión, les diría "Creen silencio."
El remedio hace casi 200 años era crear silencio, para poder escuchar lo esencial y entrar en relación con lo infinito. Hoy parece aún más urgente crear silencio, pues no sólo hay más ruido en todas partes debido al crecimiento industrial y al mandamiento económico de siempre estar produciendo más, sino también hay menos disposición a esa relación con el espíritu o con lo infinito. Doble ruido: el tecnológico y el ideológico; no sólo las constantes irrupciones de las máquinas, sino también el ruido de lo insignificante, el barullo de lo intrascendente y distractivo, del constante entretenimiento y la banalidad, lo que Kierkegaard llamaba snakke. El poeta sufí Rumi dice lo mismo de esta forma: "Tal vez estés buscando en las ramas aquello que sólo se puede encontrar en las raíces". Tal vez la distracción, el entretenimiento y el dedicarnos a conseguir el éxito mundano sea un andar por las ramas, un detour que hace que nunca lleguemos al centro. Carl Jung escribió: "La pregunta decisiva para el hombre es si está relacionado con algo infinito o no". Ciertamente no podremos estar relacionándonos con algo infinito si no creamos silencio. Y si no nos relacionamos con algo infinito, nuestra vida será nimia, inane, fútil y hasta puede decirse que una absurda pérdida de tiempo (de tiempo que no es dinero, de tiempo que es kairos[2], el momento oportuno para el descubrimiento).
Kierkegaard escribió, en un texto que puede traducirse como Dos edades: "solo la persona que puede permanecer esencialmente en silencio puede hablar esencialmente, puede actuar esencialmente. El silencio es interioridad... La orientación del silencio hacia el interior es la condición para una conversación cultivada". Sólo desde la quietud interior nos podemos relacionar plena y significativamente con el mundo exterior y establecer una relación personal íntima.
El restante del diagnóstico del "Doctor Kierkegaard" es el siguiente: [...] Creen silencio. Lleven a los seres humanos al silencio. La palabra de Dios no puede escucharse en el ruidoso mundo contemporáneo". Unas décadas después, Nietzsche escribiría que Dios había muerto. Pero quizás simplemente había sido ahogado por un ruido cada vez más oneroso y ubicuo. 
Arnold Kone resume de buena manera el pensamiento de Kierkegaard en relación al silencio:
Kierkegaard le está diciendo a todos los seres humanos: deja de escuchar todas las voces de este mundo finito, escucha el silencio en todo su temor y temblor, y la voz vendrá. Y con ella, la fuerza y la valentía para 'obedecer' las exigencias íntimas e individuales de la visión personal del Bien.
Para concluir quiero citar a otro "Doctor" cristiano del silencio (aunque no doctor de la Iglesia), a Meister Eckhart: "En medio del silencio una palabra oculta me fue dicha. ¿Dónde está el silencio y dónde ese lugar en el que la palabra fue dicha? Está en lo más puro que el alma puede hacer, en su parte más noble, en el fondo, más aún, en la esencia misma del alma". Es allí, dice Eckhart, donde la Palabra está naciendo eternamente, el Logos, la luz del amor divino. ¿Pero quién tiene oídos para escucharla?


[1] Corriente filosófica europea que considera que la cuestión fundamental en el ser es la existencia, en cuanto existencia humana, y no la esencia, y que respecto al conocimiento es más importante la vivencia subjetiva que la objetividad.
Definición de existencialismo. ... Los existencialistas no creen que el individuo sea una parte de un todo, sino que cada ser humano es una integridad libre por sí misma. La existencia propia de una persona es lo que define su esencia y no una condición humana general.

[2] Kairós (en griego antiguo καιρός, kairós) es un concepto de la filosofía griega que representa un lapso indeterminado en que algo importante sucede. Su significado literal es «momento adecuado u oportuno», y en la teología cristiana se lo asocia con el «tiempo de Dios». La principal diferencia con cronos (en griego antiguo, kρόνος, krónos) es que, mientras Kairós es de naturaleza cualitativa, Cronos es cuantitativo. Como dios, Kairós era semidesconocido, mientras que Cronos era la divinidad por excelencia de la época.



LOS HIJOS SON COMO LOS BUQUES

Al mirar un buque en el puerto, imaginamos que está en su lugar más seguro, protegido por un fuerte amarre. Sin embargo, sabemos que está allí preparándose, abasteciéndose, y alistándose para zarpar, cumpliendo con el destino para el cual fue creado, yendo al encuentro de sus propias aventuras y riesgos.
Dejando su estela, y dependiendo de lo que la fuerza de la naturaleza le reserve, tendrá que desviar la ruta, trazar otros rumbos y buscar otros puertos. Pero retornará fortalecido por el conocimiento adquirido, enriquecido por las diferentes culturas recorridas y habrá mucha gente esperando feliz en el puerto para celebrar sus millas navegadas.
Así son los HIJOS, tienen sus PADRES como puerto seguro, hasta que se tornan independientes. Por más seguridad, protección y manutención que puedan sentir junto a sus padres, los hijos nacieron para surcar los mares de la vida, correr sus propios riesgos y vivir sus propias aventuras. Cierto es que llevan consigo los ejemplos adquiridos, los conocimientos obtenidos, pero lo más importante que llevan en el interior de cada uno, en el timón de su corazón, es la incansable búsqueda de la felicidad.
El lugar más seguro para el buque, es el puerto. Pero el buque no fue construido para permanecer allí. Los padres piensan que son el puerto seguro de sus hijos, pero no pueden olvidarse que deben prepararlos para navegar mar adentro y encontrar su propio lugar donde se sientan seguros, con la certeza de que deberán ser en otro tiempo, un puerto seguro para otros seres (nuestros nietos).
No podemos trazar la ruta de nuestros hijos, lo que si podemos es ayudarlos a que lleven un buen equipaje lleno de valores como humildad, solidaridad, honestidad, disciplina, gratitud y generosidad. Podemos desear su felicidad, pero no ser felices por ellos. No podemos seguir su travesía, ni ellos descansar en nuestros logros. Los hijos deben hacerse a la mar desde el puerto donde sus padres llegaron y como los buques, partir en busca de sus propias conquistas y aventuras. Con la preparación suficiente para navegar un largo viaje llamado vida, impartido por quienes tuvieron la certeza de que solo quien ama, educa….
Cuán difícil es soltar las amarras y dejar zarpar el buque!...
Sin embargo, el regalo de amor más grande que puede dar un padre a sus hijos, es la autonomía.
¡Hijos, buen viento y buena mar!!!
Autor: Juan Carlos Fernández.